https://revistaimpulso.org/
Volumen 4 | Número 8 | Octubre 2024 – Número especial |
ISSN: 2959-9040 | ISNN-L: 2959-9040
| Pág. 158 - 179
Incidencia de la
relación de intercambio en el PBI del sector agrícola: Un análisis empírico
para el caso peruano
Impact of the
terms of trade on the GDP of the agricultural sector: An empirical analysis for
the Peruvian case
Incidência dos termos de troca no PIB do setor agrícola: Uma análise
empírica para o caso peruano
Antonio Rafael Rodríguez Abraham https://orcid.org/0000-0002-3956-9937
Universidad Cesar Vallejo Trujillo - Perú |
Sandra Noemi Bazán Arribasplata https://orcid.org/0000-0001-5983-4876 Universidad Cesar Vallejo Chepen - Perú |
Juan Gerardo Flores Solis https://orcid.org/0000-0001-9834-567X Universidad Cesar Vallejo Trujillo - Perú |
Guillermo Arias Pereyra https://orcid.org/0000-0002-2450-7311 Universidad Cesar Vallejo Trujillo - Perú |
http://doi.org/10.59659/impulso.v.4i8.55
Artículo recibido 18 de mayo de 2024 / Arbitrado 30 de mayo de 2024 /
Aceptado 12 de septiembre 2024 / Publicado 20 de octubre de 2024
RESUMEN
Esta
investigación tuvo como objetivo determinar la incidencia de la relación de
intercambio (RI) en el PBI agrícola peruano para el período 2000-2022. La
investigación es de tipo aplicada, tiene un enfoque cuantitativo, con diseño no
experimental – longitudinal y de alcance explicativo. Los resultados sugieren
que existe una relación positiva entre la RI y el PBI agrícola; es decir que
cuando la RI sube el 1%, el PBI del sector crece en 0.261053%. El coeficiente
β1 para RI es estadísticamente significativo (p-valor = 0.0443) y el R2
ajustado del modelo es de 0.97. Los hallazgos implican que el gobierno deberá
continuar con la implementación de políticas públicas tendientes a desarrollar
la infraestructura agrícola, que mantengan el clima de confianza para atraer
inversiones, y que invierta más en capacitación e innovación en el sector, ya
que la actividad agrícola es fuente de sustento para miles de familias
peruanas, especialmente de las zonas rurales del país.
Palabras clave: Relación de intercambio, PBI agrícola,
Modelo econométrico, Inversión pública, Políticas públicas
ABSTRACT
This research aims to determine the impact of the terms of trade (ToT)
on Peru's agricultural GDP for the period 2000-2022. The research is applied in
nature, employs a quantitative approach, with a non-experimental, longitudinal,
and explanatory design. The results suggest that there is a positive
relationship between the ToT and agricultural GDP; that is, when the ToT
increases by 1%, the sector's GDP grows by 0.261053%. The coefficient β1 for
ToT is statistically significant (p-value = 0.0443), and the adjusted R2 of the
model is 0.97. The findings imply that the government should continue
implementing public policies aimed at developing agricultural infrastructure,
maintaining a climate of confidence to attract investments, and investing more
in training and innovation in the sector, as agricultural activity is a source
of livelihood for thousands of Peruvian families, especially in rural areas of
the country.
Keywords:
Terms of trade, Agricultural GDP, Econometric model, Public investment, Public
policies
RESUMO
Esta
pesquisa teve como objetivo determinar a incidência dos termos de troca (RI) no
PIB agrícola peruano para o período 2000-2022. A pesquisa é do tipo aplicada,
possui abordagem quantitativa, com desenho não experimental – de abrangência
longitudinal e explicativa. Os resultados sugerem que existe uma relação
positiva entre o IR e o PIB agrícola; Ou seja, quando o IR sobe 1%, o PIB do
setor cresce 0,261053%. O coeficiente β1 para IR é estatisticamente significativo (p-valor =
0,0443) e o R2 ajustado do modelo é 0,97. As conclusões implicam que o governo
deve continuar com a implementação de políticas públicas que visem o
desenvolvimento de infra-estruturas agrícolas, que mantenham o clima de
confiança para atrair investimentos, e que invista mais na formação e inovação
no sector, uma vez que a actividade agrícola é uma fonte de sustento para
milhares de famílias peruanas, especialmente nas áreas rurais do país.
Palavras-chave: Termos de troca, PIB agrícola, Modelo
econométrico, Investimento público, Políticas públicas.
La actividad agrícola
ha desempeñado un rol fundamental en la actividad económica mundial y ha
aportado significativos volúmenes de producción por parte de países, entre
desarrollados y emergentes, como: China, India, Brasil, Estados Unidos, Rusia e
Indonesia. Asimismo, existen países que no aportan al mundo grandes volúmenes
de producción como los anteriores, pero la actividad agrícola se ha convertido
en el sostén de sus economías, como es el caso de Liberia, Somalia, Sierra
Leona, Chad y Níger, entre otros países menos desarrollados en los que la
agricultura tiene un peso significativo en su PBI. En el caso de los países de
la región latinoamericana, aquellos que aportan con mayores volúmenes de
producción agrícola son: Brasil, Argentina, México, Colombia y Perú; y, en
cuanto al peso de esta actividad en el PBI total de cada economía tenemos a
Paraguay, Honduras, Nicaragua, Guatemala y Bolivia (Food and Agriculture
Organization, 2023). En el caso de Perú, se puede verificar que es el quinto
país de la región en cuanto a volúmenes de producción, pero la agricultura no
es la actividad principal de la economía, ya que la minería y los servicios
tienen un rol preponderante en su PBI (Banco Central de Reserva del Perú,
2023). Sin embargo, esto no significa que esta actividad carezca de importancia
para el desarrollo del país, ya que desde épocas inmemoriales la agricultura
fue el sostén de la economía y actualmente es uno de los principales
empleadores en las zonas rurales del país.
En este sentido,
consideramos que es fundamental el estudio de los factores que inciden en la
producción agrícola, ya que esta permite asegurar un suministro estable de
alimentos, algo crucial para la estabilidad y salud de la población. Sin
embargo, las investigaciones sobre los factores que influyen en la producción
agrícola se han concentrado principalmente en una serie de aspectos como la
extensión de hectáreas cultivadas, la infraestructura de riego, los fenómenos
climáticos, las crisis económicas y las políticas de gobierno, lo cual es
razonable. No obstante, se puede verificar que no se ha prestado suficiente
atención a factores externos que podrían afectar también a la economía de un
país y particularmente al sector agrícola, como es el caso de la Relación de
Intercambio (en adelante RI), llamada también términos de intercambio.
Según Krugman y
Obstfeld (2006) la RI se define como el precio de las exportaciones de un país
dividido por el precio de sus importaciones. Esta aunada a otras relaciones
económicas como: (a) la relación entre
la frontera de posibilidades de producción y la curva de oferta relativa, (b)
la relación entre los precios relativos y la demanda; y (c) la determinación
del equilibrio mundial mediante la oferta y la demanda relativas mundiales;
permiten construir del modelo estándar de comercio y, especialmente la primera
(RI) posibilita tener una buena comprensión sobre sus efectos en el bienestar
nacional. Así, generalmente, un incremento en la RI incide positivamente en el
bienestar de la economía de un país y una caída en la RI incide de una manera
negativa (Singh, 2023). Esto se explica por lo siguiente: un incremento en la
RI significa que los precios de los productos exportados se han incrementado
con relación a los importados, por lo que el país puede importar con más
facilidad factores productivos como insumos y bienes de capital, con lo que se
eleva el crecimiento económico. En cambio, cuando cae la RI, los productos
extranjeros han subido más que los productos nacionales, ello hace que sea más
difícil para los productores nacionales importar insumos y tecnología del
extranjero, lo que incide negativamente en el crecimiento de la producción del
país (Oviedo y Sierra, 2019).
Existe una frondosa
literatura que trata sobre los efectos de la RI en el PBI. Estudios como los de
Basnet et al. (2020), Avom et al. (2021), Shahsad y Muhammad (2023) e Idrisov
(2016); entre otros, han concentrado sus esfuerzos en la determinación de los
efectos de la RI en la economía total de los países que estudiaron, confirmando
que existe una relación positiva; pero no orientaron su atención sobre los
efectos en sectores económicos específicos de las mismas. Por otra parte,
investigaciones como las de Elrayah (2022), Lee (2023) y Shahabadi et al.
(2022) han dedicado sus esfuerzos a determinar la incidencia de la RI en el
crecimiento de sectores económicos específicos, como el petrolero, o en
productos específicos como el maíz, el trigo, la soya; cuya producción depende
no solamente de factores como las condiciones económicas locales y del clima
sino también de las condiciones de los mercados globales. En estas
investigaciones se encuentra que en la medida en que la economía dependa más de
un producto o un conjunto de productos específicos, esta estará más expuesta a
los shocks de la RI por cuanto los ingresos del país se ven afectados en gran
medida por el sector externo. Por ejemplo, en el caso de los países petroleros,
su economía sufre serios daños ante las fluctuaciones de los precios
internacionales del crudo. Estas consecuencias no solamente provienen de una
baja repentina de los precios del petróleo, sino que fundamentalmente la
volatilidad de los precios genera inestabilidad y/o incertidumbre económica
(Elrayah, 2022; y Lee, 2023), lo cual no es saludable para las inversiones.
En el caso del sector
agrícola se halló una contribución realizada en la India, sobre la incidencia
de la RI en este sector económico. La investigación fue realizada por Hazell et
al. (1995) quienes, usando datos de series temporales, analizaron las
contribuciones relativas de la RI y las variables no relacionadas con precios
en la explicación del crecimiento agrícola en la India. Los investigadores
determinaron que la RI no es un factor importante para explicar el crecimiento
agrícola, que no juegan un papel significativo en la explicación del
crecimiento agrícola en el pasado. Esto se debió, en parte, a la naturaleza
inelástica de la oferta agregada, pero también al hecho de que la RI no
experimentó grandes variaciones durante el período que analizaron. Si bien la
RI mejoró un 18 por ciento entre 1957-59 y 1971-73 (solo contribuyó con un 15
por ciento al incremento total de la producción agrícola en esos años),
posteriormente, en la década de 1980, volvieron a descender, afectando
negativamente el crecimiento agrícola en la India (Hazell et al., 1995).
Al respecto, se puede
comentar que, de acuerdo a la literatura económica, la inelasticidad de la
oferta se puede explicar, dentro de otros factores por el ciclo de producción,
las condiciones climáticas, la tierra disponible, los costos de producción, las
capacidades técnicas, las inversiones y las políticas gubernamentales (Mankiw,
2018; Krugman y Wells, 2019). En el estudio de Hazell et al. (1995), los
autores argumentan que posiblemente las políticas gubernamentales pueden llevar
al sector agrícola a tener un papel más protagónico en la contribución al
crecimiento de la economía, especialmente por la liberalización de los mercados
agrícolas; pero sería más fiable prestar atención a los factores no
relacionados con los precios como las inversiones públicas y privadas en
investigación y extensión agrícola, riego y otras inversiones que mejoren la
oferta.
En el caso peruano,
consideramos que, por lo menos en los últimos 20 años, se han venido mejorando
las condiciones para desarrollar al sector agrícola, aunque el papel del
gobierno no está exento de críticas. En el caso de proyectos de irrigación, se
ha impulsado el proyecto Chavimochic en la región La Libertad, el mismo que ya
se encuentra en su tercera etapa de ejecución; se tiene también el proyecto
Majes-Sihuas II en la región Arequipa y el Proyecto Olmos en la región
Lambayeque. Según datos del INEI (Instituto Nacional de Estadística e
Informática, 2023) la superficie sembrada fue de 1’670,904 ha. en el año 2000 y
la superficie cosechada fue de 2’755,261 ha. en el mismo año. Además, los datos
ofrecidos por INEI muestran una tendencia ascendente, lo cual se explica por la
incorporación de nuevas tierras para la actividad agrícola. Así, la institución
indicaba que las tierras agrícolas sembradas ascenderían a 1’822,012 ha.
sembradas para el año 2022 y la extensión de tierras cosechadas ascenderían a
3’564,932 ha. para el año mismo año. Asimismo, se puede verificar que el valor
agregado de la agricultura en el año 2000 fue de 15,496 millones de soles (año
base 2007), lo que representaba el 6.97% del PBI en el mismo año. Dos décadas
después, el valor agregado de la agricultura peruana había alcanzado los 32,526
millones de soles (año base 2007), lo que representaba el 5.73% del PBI para el
año 2022 (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2023).
Estos datos muestran
que la producción agrícola en el Perú ha sido capaz de ajustarse a la demanda
de mercado en el largo plazo, por lo que consideramos que gran parte de este
logro se debe al incremento de los factores productivos, al papel del gobierno
y al importante desarrollo del sector agroexportador, lo que satisface en parte
lo demandado por Hazell et al. (1995) para el caso de la India; a pesar que el
Perú se ha visto expuesto a fenómenos climáticos (comúnmente el Fenómeno El
Niño) y más recientemente a la pandemia del COVID-19 que no afectó
negativamente al sector agrícola según los datos proporcionados por INEI. A
pesar que la evidencia que mostramos apunta a que Perú viene trabajando
fuertemente en fortalecer los aspectos no relacionados con los precios y ello
ha contribuido al crecimiento del sector agrícola, existe un gran vacío en la
literatura en cuanto a la incidencia de la RI en este sector, a pesar que se
trata de una variable que es de suma importancia ya que la RI afectaría los
ingresos y costos de los agricultores y, por ende, su capacidad de consumo y
reinversión. En tal sentido el objetivo del presente estudio es determinar la
incidencia de la relación de intercambio en el PBI agrícola en el período 2000
– 2022.
Consideramos que como
el Perú exporta productos agrícolas, como café, cacao, y frutas, cuyos precios
están sujetos a fluctuaciones en los mercados internacionales, un análisis de
cómo la RI afecta al PBI agrícola puede ayudar a identificar riesgos y a
desarrollar estrategias para mitigar los impactos negativos, mejorando la
resiliencia del sector. Además, es fundamental estudiar la interacción entre la
RI y el PBI agrícola porque ello permitiría a los formuladores de políticas
públicas tomar decisiones informadas para fomentar la competitividad del
sector.
MÉTODO
La presente
investigación indaga sobre la incidencia de la Relación de Intercambio (RI) en
el PBI del sector agrícola peruano para el período 2000-2022. Según lo
explicado en la parte introductoria la RI es la variable independiente y el PBI
del sector agrícola es la variable dependiente. La muestra está constituida por
23 datos de frecuencia anual para cada una de las variables de estudio. Para
determinar la incidencia de la RI en el PBI agrícola se formula un modelo
econométrico por mínimos cuadrados ordinarios (MCO). Como es usual en los
modelos econométricos de series temporales es posible que una sola variable (en
este caso la RI) no explique completamente el comportamiento de otra variable
económica (en este caso el PBI agrícola), es por ello que se incluyen variables
de control para diseñar un modelo cuyos parámetros sean los mínimos estimadores
lineales insesgados (MELI), de modo que estos estimadores sean confiables para
hacer posibles predicciones (Gujarati y Porter, 2010).
Una de las variables
ampliamente consideradas es el tipo de cambio (TC), según la teoría económica
un incremento en el tipo de cambio (lo que equivale a una devaluación en la
moneda nacional) hace que los productos nacionales se vuelvan más competitivos
incentivando una mayor producción de los productos de exportación. Sin embargo,
hay que tener en cuenta también que un incremento en los tipos de cambio puede
elevar los costos de producción, ya que para la actividad agrícola se importan
insumos y bienes de capital, por lo que ello podría afectar la rentabilidad de
los agricultores y reducir su capacidad de reinversión. Por tanto, esta
relación la consideramos ambigua (Chirinos, 2007) y en todo caso, en esta
investigación se descubrirá si, para el caso peruano, la relación entre RI y TC
es una relación positiva, negativa o nula para el período 2000-2022.
Asimismo, en el
modelo se incluye como segunda variable de control al financiamiento.
Consideramos que la estabilidad macroeconómica del país, gracias a la prudente
política fiscal y monetaria ha generado un clima de confianza para las
inversiones. Ello ha llevado a que, con el paso del tiempo, fluyan recursos
financieros hacia los diferentes sectores económicos, dentro de ellos el sector
agrícola. De hecho, según datos proporcionados por INEI, el financiamiento de
la banca múltiple al sector agrícola ascendía a los 1,554’195,308 soles para el
año 2000 y este se ha incrementado con el paso del tiempo registrando para 2022
un total de recursos financieros prestados al sector de 8,142’378,705 soles por
parte de la banca múltiple, sin contar que las cajas rurales tienen también
participación en el financiamiento agrícola (Instituto Nacional de Estadística
e Informática, 2023). En este sentido, para lograr una mayor precisión en las
estimaciones del modelo se considerará en conjunto el financiamiento
proveniente de ambas fuentes, y desde luego se espera que tenga una relación
positiva con el PBI agrícola.
Las consideraciones
antes señaladas llevan a incluir también 23 datos anuales para cada una de las
variables de control. Los datos sobre producción agrícola y financiamiento
fueron extraídos de las bases de datos del INEI y los datos sobre la RI y el TC
fueron obtenidos de las bases de datos del BCRP. Como quiera que la RI está
dada por el índice de los términos de intercambio, se decidió transformar todas
las demás variables en términos de índice de tal manera que se facilite su
interpretación una vez obtenidos los resultados.
Por otro lado, esta
investigación es de tipo aplicada y tiene un enfoque cuantitativo. El tipo de
estudio es no experimental, de corte longitudinal y de alcance explicativo. La
técnica de recolección de datos fue el análisis documental y los instrumentos
de recolección de datos fueron la ficha de análisis documental y la ficha de
recolección de datos. El método de análisis de datos es el método econométrico,
que consiste en formular un modelo de regresión en base a las variables
principales de estudio y las variables de control elegidas, tal como se muestra
a continuación:
Inicialmente
el modelo se puede desarrollar a partir de la expresión:
Y = Xβ + ϵ
Donde:
Y = Vector
columna n x 1 que contiene las observaciones de la variable dependiente (PBIagr).
X = Matriz
n x k que contiene una columna de unos (para la constante) y las observaciones
de las variables independientes y de control (RI, TC, Financ).
β = Vector
columna k x1 de los coeficientes a estimar.
ϵ = Vector columna n x 1 de los términos de error.
Para este
caso:
Y = Vector
de las observaciones de PBIagr
X = Matriz
que incluye una columna de unos para la constante y las columnas con las
observaciones de RI, TC y Financ.
β = Vector
de los coeficientes: β0 (constante), β1 (para RI), β2
(para TC), y β3 (para Financ).
El modelo en forma
matricial se representaría:
Ahora, siguiendo las
precisiones anteriores sobre la relación esperada entre las variables, la
ecuación se escribiría de la siguiente manera:
PBIagr
= β0
+ β1RI
± β2TC
+ β3Financ
+ ϵ (Ecuación 1)
Donde:
PBIagr = Variable dependiente que mide el producto
bruto interno agrícola.
β0 = Intercepto o constante del modelo.
β1 = Coeficiente de la relación de
intercambio (RI).
β2 = Coeficiente del tipo de cambio (TC).
β3 = Coeficiente del financiamiento
(Financ).
ϵ = Término de error.
Con estas
especificaciones, se realizó el procesamiento de los datos con el software
estadístico GRETL. Se eligió este software porque además de permitir la
estimación de los parámetros, fue útil y práctico para realizar las pruebas de
robustez del modelo. Es decir, una vez ejecutada la regresión, se realizaron
las pruebas de multicolinealidad, mediante la determinación del factor de
inflación de la varianza (FIV), se aplicó la prueba de Breusch-Pagan para
descartar la existencia de heterocedasticidad, se aplicó la prueba de
Breusch-Godfrey para descartar la existencia de autocorrelación.
Adicionalmente, se realizó la prueba de normalidad de los residuos de
Doornik-Hansen, la prueba RESET de Ramsey para comprobar la adecuada especificación
del modelo y la prueba de Cusum para verificar la estabilidad de los
parámetros.
RESULTADOS
Como primer paso se
procede a examinar la correlación entre la RI y el PBI agrícola para determinar
si existe algún grado de asociación entre ambas variables y determinar si esta
es positiva o negativa y si la relación es estadísticamente significativa. La
prueba de correlación elegida fue la Tau de Kendall por dos razones. La primera
es que este tipo de correlación se usa para muestras relativamente pequeñas y
la segunda porque una de nuestras variables, la RI no tiene distribución
normal, ya que por su naturaleza refleja las variaciones de los precios de los
mercados internacionales en los que suele haber shocks de oferta o demanda.
Así, el Tau de Kendall es 0.54 con un p-valor de 0.0003. Esto indica que existe
una correlación moderada positiva y estadísticamente significativa entre la RI
y el PBI agrícola. Sin embargo, sabemos que una correlación no implica
necesariamente causalidad, de allí que se haya planteado un modelo
econométrico.
En la Tabla 1 se
muestran los resultados una vez ejecutada la regresión. Como se puede apreciar,
si el índice de la RI se incrementa (reduce) en 1 unidad, entonces el índice
del PBI agrícola sube (baja) 0.261053 unidades. Esta relación positiva es
estadísticamente significativa por cuanto en términos absolutos el t
estadístico es mayor que 2. También se puede decir lo mismo observando el
p-valor = 0.0443 que al ser menor al 5% permite rechazar la hipótesis nula de
que el coeficiente de RI es cero. Esto sugiere que la evidencia en los datos es
fuerte y que es improbable que el resultado haya ocurrido por azar. Se concluye
que el efecto observado de RI sobre PBIagr es estadísticamente
significativo.
También se puede
verificar, si el índice del TC se incrementa (reduce) en 1 unidad, entonces el
índice del PBI agrícola baja (sube) 0.471791 unidades. Esta relación negativa
es estadísticamente significativa por cuanto en términos absolutos el t
estadístico es mayor que 2. Así, también al observar el p-valor = 0.0226, que
es menor al 5%, se rechaza la hipótesis nula de que el coeficiente de TC es
cero. Esto sugiere que la evidencia en los datos es fuerte y que es improbable
que el resultado haya ocurrido por azar. De aquí que el efecto observado de TC
sobre PBIagr es estadísticamente significativo.
Tabla 1
Resultados de la regresión:
MCO, usando las observaciones 2000-2022 (T = 23)
Variable dependiente: PBIagr
|
Coeficiente |
Desv. Típica |
Estadístico t |
valor p |
|
const |
116.030 |
23.2774 |
4.985 |
<0.0001 |
*** |
RI |
0.261053 |
0.121202 |
2.154 |
0.0443 |
** |
TC |
−0.471791 |
0.190096 |
−2.482 |
0.0226 |
** |
Financ |
0.261299 |
0.0176809 |
14.78 |
<0.0001 |
*** |
Fuente: Elaboración propia con datos del BCRP y del INEI. Regresión ejecutada en
GRETL.
Asimismo, se puede apreciar
que si el índice del Financ se incrementa (reduce) en 1 unidad, entonces el
índice del PBI agrícola sube (baja) 0.261299 unidades. Esta relación positiva
es estadísticamente significativa por cuanto en términos absolutos el t
estadístico es mayor que 2. También se puede decir lo mismo observando el
p-valor < 0.0001, que al ser menor al 5% permite rechazar la hipótesis nula
de que el coeficiente de Financ es cero. Esto sugiere que la evidencia en los
datos es fuerte y que es improbable que el resultado haya ocurrido por azar. Se
concluye también que el efecto observado de Financ sobre PBIagr es
estadísticamente significativo.
Además, es necesario
resaltar que la constante o intercepto del modelo es positiva y
estadísticamente significativa. Este resultado es relevante para el presente
estudio, porque significa que el PBI agrícola parte de un valor base debido a
la existencia de factores estructurales que conllevan a que siempre exista un
nivel de producción. Así, aun cuando la variable explicativa en estudio (RI) y
las variables de control (TC y Financ) tengan un valor de cero (lo cual es sólo
un supuesto teórico), la producción agrícola siempre será diferente de cero.
Nótese que la constante β0 = 116.030 es positiva y estadísticamente significativa (p-valor <
0.0001).
A continuación,
debemos realizar algunas pruebas para asegurarnos que el modelo sea confiable y
por tanto sus resultados. En primer lugar, apelamos a la teoría económica para
afirmar que las variables consideradas en el modelo tienen influencia en el
crecimiento económico, tal como lo consideran autores como Mankiw (2018),
Krugman y Obstefld (2006), Krugman y Wells (2019) y Chirinos (2007), entre
otros. En segundo lugar, debemos realizar una prueba de variables omitidas para
verificar si hemos realizado una buena especificación del modelo, para ello
recurrimos al contraste de RESET de Ramsey. Esta prueba estadística es
utilizada para detectar errores de especificación en un modelo de regresión
lineal. Específicamente, este contraste se usa para verificar si el modelo está
correctamente especificado o si hay variables omitidas, formas funcionales
incorrectas, o si las relaciones no lineales entre las variables han sido
ignoradas. Para llevar a cabo esta prueba de parte de modelo original de la
Ecuación 1. Primero se toman los valores ajustados Ŷ de PBIagr
obtenidos en el modelo original, y con ellos se generan variables a partir de
elevar al cuadrado y al cubo a Ŷ. Así, la nueva ecuación sería:
PBIagr = β0 + β1RI ± β2TC + β3Financ + δ1Ŷ2 + δ2Ŷ3 + μ (Ecuación 2)
Hipótesis nula (H0): Los coeficientes δ1 y δ2 son iguales a cero,
lo que implica que el modelo original está bien especificado.
Hipótesis alterna (H1): Al menos uno de los coeficientes δ1 o δ2 es distinto de cero,
lo que sugiere que el modelo original está mal especificado.
Al realizar la prueba de RESET de Ramsey se recurre a la gradualidad
para detectar errores de especificación de manera sistemática, por ello
usualmente, primero se consideran los cuadrados para detectar si existe una
relación cuadrática o no lineal simple, entre las variables independientes y la
variable dependiente, que no fue capturada en el modelo lineal original. Luego
se consideran los cubos para determinar si existe una relación cúbica o una no
linealidad más compleja que también podría estar faltando en el modelo. Y
finalmente se incluyen las formas cuadráticas y cúbicas juntas, para capturar
tanto relaciones cuadráticas como cúbicas al mismo tiempo, proporcionando un
análisis más completo. Si ambos términos resultan significativos, podría
indicar que el modelo original tenía múltiples tipos de no linealidades no
capturadas.
En la Tabla 2 se muestran los resultados de la prueba de RESET de Ramsey
en forma gradual:
Tabla 2
Prueba de variables omitidas de RESET de
Ramsey
Contraste |
Hipótesis Nula (H0) |
Estadístico |
p-Valor |
Conclusión |
RESET de
Ramsey (Sólo
cuadrados) |
El modelo
original está bien especificado |
F = 2.271307 |
0.149 |
No se rechaza H0 |
RESET de
Ramsey (Sólo cubos) |
El modelo
original está bien especificado |
F = 2.164529 |
0.158 |
No se rechaza H0 |
RESET de
Ramsey (Cuadrados y
cubos) |
El modelo
original está bien especificado |
F = 1.151298 |
0.34 |
No se rechaza H0 |
Fuente: Elaboración
propia con datos del BCRP y del INEI y Tabla 1
A juzgar por los resultados, en ninguno de los casos existe evidencia de
que el modelo esté mal especificado. Según el método del p-valor, el nivel de
significancia tendría que ser menor o igual a 0.05 para rechazar H0.
Sin embargo, se puede verificar que la prueba arroja un p-valor = 0.149 para Ŷ2, un p-valor = 0.158 para Ŷ3; y un p-valor = 0.34
para Ŷ2 y Ŷ3 al mismo
tiempo. En todos los casos este es superior a 0.05; entonces, al ser el nivel
de significancia mayor al 5% no existe evidencia suficiente para rechazar H0,
lo que significa que el modelo original está bien especificado.
También, es necesario
realizar otras pruebas de robustez del modelo como: la bondad de ajuste, dada
por el R2 ajustado, la significancia global del modelo por la prueba
F y verificar el cumplimiento estricto de los supuestos del método de regresión
por MCO. Así, en la Tabla 3 presentamos un resumen de todas las pruebas, las
mismas que detallamos a continuación.
El primer lugar el R2
ajustado indica que en un 97.4% de los casos la variabilidad del PBI agrícola
se ve explicado por las variables incluidas en el modelo en el período
2000-2022. La significancia global del modelo, determinada por la prueba F,
indica que el modelo en su conjunto explica una porción significativa de la
variable dependiente, en este caso el PBI agrícola se ve explicado de manera
significativa por TI, TC y Financ. Para tomar esta decisión nótese que el
p-valor para la prueba F es de 7.74e-16; es decir, al tener una significancia
menor al 5%, se concluye que el resultado de la prueba F es estadísticamente
significativo.
Tabla 3
Pruebas de consistencia del
modelo: MCO usando observaciones 2000-2022 (T = 23) Variable dependiente: PBIagr
R-cuadrado |
0.977755 |
R-cuadrado
ajustado |
0.974012 |
F(3, 19) |
275.8484 |
Valor p (de F) |
7.74e-16 |
Breusch-Godfrey
LMF |
1.10742 |
p-valor
Breusch-Godfrey |
0.306565 |
Breusch-Pagan LM |
3.32189 |
p-valor
Breusch-Pagan |
0.344608 |
Doornik-Hansen |
0.28881 |
p-valor
Doornik-Hansen |
0.865537 |
Contraste de CUSUM |
1.25305 |
p-valor Contraste
CUSUM |
0.226222 |
Factor de
inflación de la varianza (FIV) |
FIV para RI |
3.097 |
|
FIV para TC |
1.980 |
||
FIV para Financ |
3.317 |
Fuente: Elaboración propia con datos del BCRP y del INEI. Contrastes ejecutados
en GRETL
En cuanto a las
pruebas que permiten verificar el cumplimiento de los supuestos básicos de MCO,
tenemos lo siguiente. Según el test de Breusch-Godfrey se descarta la presencia
de autocorrelación por cuanto el p-valor para el estadístico de contraste LMF
es mayor a 0.05, esto significa que no se rechaza la hipótesis nula H0
de que no hay autocorrelación en el modelo; es decir, se acepta H0.
Esto quiere decir que los residuos no están correlacionados y que las pruebas t
y F son válidas y que los estimadores aparte de ser insesgados son eficientes.
Asimismo, la prueba de Brecusch-Pagan permite descartar la presencia de
heterocedasticidad, ya que el p-valor para el estadístico de contraste LM es
mayor a 0.05, lo que significa que no se rechaza la hipótesis nula H0
de que la varianza de los errores es homocedástica; ello implica también que
las pruebas t y F son válidas y que los estimadores son eficientes e
insesgados.
De la misma manera,
el factor de inflación de la varianza (FIV) para RI, TC y Financ es menor a 10
en todos los casos. Según Gujarati y Porter (2010) un FIV mayor es problemático
porque indica la presencia de multicolinealidad. En este caso los resultados
indican que RI, TC y Financ no están correlacionados, lo que garantiza la
estabilidad de los parámetros e indica que los test estadísticos son
confiables, al tiempo que evita la presencia de información redundante en el
modelo.
Adicionalmente, se
realizó la prueba de estabilidad de los parámetros de CUSUM. El estadístico de
contraste tiene un p-valor mayor que 0.05, esto quiere decir que no se rechaza
la hipótesis nula H0 de que no hay cambio en los parámetros; es
decir que los parámetros son estables. Esta prueba es particularmente
importante porque se está trabajando con series temporales e indica que a lo largo
del período de estudio no se han producido quiebres estructurales que puedan
alterar las estimaciones de los parámetros. Finalmente, se realizó la prueba de
Doornik-Hansen para verificar la normalidad de los residuos, supuesto clave de
MCO, y se comprobó que el p-valor para esta prueba es mayor a 0.05. Ello indica
que no se rechaza la hipótesis nula H0 de que los errores tienen
distribución normal; esto garantiza la validez de los test de significancia de
los coeficientes que hemos realizado, que tienen la varianza más baja posible y
que las predicciones son confiables. Todo lo anterior permite afirmar que los
estimadores son MELI, según lo establecido por Gujarati y Porter (2010).
DISCUSIÓN
Los resultados del
modelo coinciden con lo establecido tanto en la teoría como en un gran número
de estudios empíricos, en el sentido de que la RI tiene una incidencia positiva
en el crecimiento de la economía. Basnet et al. (2020) estudiaron el nexo entre
la RI y el crecimiento económico en ocho economías emergentes del sur y sureste
asiático y determinaron que, a largo plazo, un aumento en la RI resulta en un
mayor crecimiento económico, y que una disminución en la RI resulta en un menor
crecimiento. En otros términos, tomando al PBI como una medida de bienestar
(aunque no es perfecta), un aumento de la relación de intercambio incrementa el
bienestar de una nación, mientras que una reducción de la relación de
intercambio disminuye su bienestar (Krugman y Obstfeld, 2006). La literatura
económica apoya esta idea, señalando que el aumento del ingreso real impulsa la
demanda agregada, lo cual se refleja en un mayor crecimiento económico general
(Mankiw, 2018), lo que sin duda incluye al sector agrícola.
Ahora bien, si un
incremento de la RI permite mejorar la situación económica de un país, tiene
sentido considerar que parte de ese beneficio se transmite a los diferentes
sectores económicos en forma directa e indirecta, dentro de ellos al sector
agrícola. En el caso de la presente investigación, el modo directo se da por
los beneficios percibidos por las empresas exportadoras de productos agrícolas
(desde luego que también se ven favorecidas las empresas exportadoras de otros
sectores económicos), que ven mejorada su situación al recibir un precio mayor
por los productos que exportan. Al obtener mayores ingresos tienen mayor
capacidad para reinvertir sus ganancias comprando bienes de capital y bienes
intermedios, lo que les posibilita incrementar su eficiencia y producción
impulsando al crecimiento del sector agrícola. Este auge lleva también a que se
trasladen nuevos factores productivos como capital y mano de obra hacia el
sector beneficiado impulsando su crecimiento (Schuldt, 1994).
La manera indirecta
por la que un incremento en la RI puede afectar positivamente al crecimiento
del sector agrícola se da del siguiente modo. Cuando se incrementa la RI, la
actividad exportadora en general genera mayores ingresos para el Estado y parte
de este incremento puede traducirse en mayor gasto público destinado a obras de
infraestructura (Krugman y Wells, 2019) parte de la cual es la infraestructura
rural, desarrollo agrícola o programas de apoyo al pequeño agricultor. Además,
las mejoras en la infraestructura, como carreteras o sistemas de riego,
benefician al sector agrícola, aunque este no sea el principal generador de
esos ingresos, tal como en el caso peruano en el que los sectores minero y
servicios tienen un mayor peso que el sector agrícola (Banco Central de Reserva
del Perú, 2022).
Como evidencia de que
el sector agrícola se ve beneficiado por el gasto de gobierno, tomemos el
ejemplo del proyecto especial Chavimochic que es un proyecto de propósitos
múltiples, basado en la derivación de parte de la masa de agua del río Santa
para la incorporación de tierras nuevas y el mejoramiento del riego en los
valles e intervalles de Chao, Virú, Moche y Chicama; en la parte Nor-Oste de
Perú (Agencia de Promoción de
la Inversión Privada, 2022). Las etapas I y II, que han
permitido llevar las aguas del Río Santa hasta el valle de Moche a lo largo de
150 Km., fueron construidas a partir del año 1986 y ejecutaron complementos
hasta el año 2012 y demandaron al gobierno peruano una inversión (en términos
nominales) de 960 millones de dólares. Este proyecto, hoy en tercera etapa de
ejecución, ha permitido la incorporación de 18 mil ha. nuevas a la agricultura
y ha mejorado el riego de 28 mil ha., ha generado 40 mil plazas de empleos
directos permanentes, ha atraído inversiones privadas en el desarrollo agrícola
por 300 millones de dólares y ha generado un valor bruto anual de producción
agroexportable superior a los 400 millones de dólares (Agencia de Promoción de la Inversión Privada,
2022). A estos beneficios se suman los de otros proyectos
nacionales de irrigación como el proyecto Olmos-Tinajones en Lambayeque,
Majes-Sihuas en Arequipa, Pasto Grande en Moquegua y Chinecas en Ancash, entre
varios otros, que han sido fundamentales para el desarrollo agrícola del Perú,
especialmente en las regiones costeras.
Figura 1.
Perú: Superficie sembrada y cosechada, período 2000-2022
Fuente: elaborado con datos del INEI (2023)
No ha de extrañar,
por tanto, que las superficies sembradas y cosechadas se hayan incrementado con
el paso del tiempo, lo que se ve reflejado también en el incremento de la
producción del sector agrícola entre los años 2000-2022, tal como se muestra en
la Figura 1. Las cifras fueron comentadas en la parte introductoria, pero lo
que se puede agregar es una explicación al hecho de que tanto la superficie
sembrada como la cosechada hayan tenido un incremento en el período 2000 al
2022. Sin bien, la superficie sembrada se ve explicada por la incorporación de
nuevas tierras de cultivo (gracias a los proyectos de irrigación), la mayor
pendiente de la superficie cosechada puede explicarse por una mayor
productividad de las áreas sembradas, ya que las mejores condiciones de riego
pueden elevar el número de cosechas de una sola siembra antes que la planta
envejezca.
Asimismo, el uso de
tecnología más avanzada y de técnicas innovadoras en la práctica agrícola
pueden mejorar la eficiencia en el uso de la tierra, permitiendo que se
cosechen más cultivos en una misma superficie en un año (Ortega y Ramírez,
2018). Todo lo argumentado en este estudio sobre el aporte de los proyectos de
irrigación en el sector agrícola encuentran sustento en la investigación de
Ruiton et al. (2018), quien estudió la relación entre la inversión pública y el
crecimiento del sector agrario y encontró que la inversión pública en
infraestructura de riego y el crecimiento del PBI agrario en el Perú, en el
período 2001-2015, fue positiva y significativa. Es decir que, ante el
incremento del 1% en la inversión pública de infraestructura en riego, el PBI
agrario aumenta en 0.21%.
Por otra parte, una
mejora en la RI también tiende a mejorar la balanza comercial, tanto del país
en su conjunto como del sector económico beneficiado. En el caso del sector
agrícola, que muchas veces es un exportador neto, una mejor balanza comercial
significa más recursos disponibles, lo que puede traducirse en políticas de
apoyo al sector o inversión pública en la infraestructura agrícola. La
estabilidad macroeconómica generada por una balanza comercial saludable es un
factor importante para el crecimiento sostenido del PBI porque el país reduce
su dependencia de préstamos para financiar el desarrollo de infraestructura y más
bien por lo general tiende a atraer inversiones gracias a la mayor estabilidad
económica generada (Krugman y Obstfeld, 2006); ello se ha podido verificar para
el caso del presente estudio, pues la inversión extranjera directa en este era
de 44.40 millones de dólares en el año 2000 y se fue incrementando con el paso
del tiempo hasta alcanzar los 82.5 millones hacia 2022.
Véase, por ejemplo,
en la Figura 2 que en los últimos 23 años la balanza comercial del sector
agrícola ha revertido no solamente su posición de negativa a positiva, sino que
además el superávit comercial se ha ido incrementando de manera casi
ininterrumpida a partir del año 2009. Así, en el año 2000 la balanza comercial
de este sector era negativa con un total de -26.2 millones de dólares y empeoró
a -157.8 millones de dólares para el año 2001. Posteriormente el déficit se fue
reduciendo hasta lograr un salto a 333.2 millones de dólares hacia el año 2006.
Desafortunadamente el sector se vio severamente afectado por la crisis de las
hipotecas durante dos años consecutivos: 2007 y 2008, después de lo cual se
recuperaron las exportaciones agrícolas logrando nuevos récords en 2011 y en
2014 a 2016. La última caída en la balanza comercial, aunque no severa en
comparación a otras oportunidades, se registró en 2017 a causa del fenómeno El
Niño (Rodríguez et al., 2023) y de 2018 a 2022 ha ido incrementando de manera
ininterrumpida.
Figura 2.
Perú: Evolución de la balanza comercial del sector agrícola, período:
2000-2022
Fuente: elaborado con datos del INEI (2023)
En otros estudios,
como el de Jawaid et al. (2023) dedicados a determinar el impacto de la RI en
el crecimiento económico, se utilizaron metodologías diferentes (como pruebas
de cointegración) se halló una relación positiva significativa, lo cual se asemeja
al resultado de nuestro modelo por MCO (con la salvedad que nos hemos
concentrado en el sector agrícola). Países como Estados Unidos, el Reino Unido,
Singapur, Sri Lanka, Australia, Bangladesh, Canadá, Hong Kong, Japón, Kuwait y
Malasia, experimentan un incremento de su PBI cuando se eleva la RI, pero para
China y los Emiratos Árabes Unidos el efecto es negativo. Como siguiente paso,
y a diferencia de nuestro estudio, estos autores no analizan el impacto de la
RI en el PBI de sectores económicos sino que toman grupos de productos, como:
combustibles minerales y lubricantes, productos químicos, materias primas
inorgánicas excepto combustibles y manufacturas; encontrando que la RI de estos
tiene un efecto positivo significativo en el crecimiento económico. No
obstante, los grupos de productos de bebidas y tabaco, y maquinaria y
transporte tienen un impacto negativo significativo en la economía, mientras
que los alimentos y animales vivos tienen un impacto insignificante (Jawaid et
al., 2023); todo ello implica un enfoque diferente al nuestro, por cuanto ellos
estudian el efecto de la RI de grupos de productos en su economía, mientras
nosotros examinamos el efecto de la RI total en el PBI de un sector económico
específico, cuyo impacto se ha medido y explicado anteriormente.
Existen otros
estudios en los que se encuentra una fuerte dependencia del PBI en la
producción de algún producto o grupo de productos, como por ejemplo en
economías menos desarrolladas en donde la actividad agrícola es el principal
motor de su crecimiento. También esto ocurre en países emergentes como Perú en
el que la actividad minera juega un rol importante en el crecimiento y existen
otras economías que dependen de los recursos petroleros como es el caso de
Arabia Saudita. Esto lleva a que las economías sean muy dependientes del
producto o recurso que exportan volviéndolas más vulnerables a los shocks de la
RI. Por ejemplo Elrayah (2022), encontró que la RI de las economías
exportadoras de petróleo están sustancialmente asociados con los precios del
petróleo. Las fluctuaciones del precio del petróleo afectan a la RI, las
exportaciones y las importaciones. El autor demuestra que existe una
correlación positiva a largo y corto plazo entre las variables, lo que indica
que las fluctuaciones en los precios del petróleo tendrán un impacto
significativo en la RI.
Lo anterior implica
que cuando suben los precios del petróleo la situación económica de estos
países mejora y pasa lo contrario cuando se reducen los precios de este
producto energético. Algo similar suele ocurrir en economías dependientes de
productos mineros como es el caso de Perú, en donde los minerales tienen el
mayor peso exportador (Banco Central de Reserva del Perú, 2021). Una de las
recomendaciones para superar esta fuerte dependencia (la que puede llevar a que
se produzca el fenómeno de la enfermedad holandesa, que es una situación en la
que la mejora de la RI en el sector predominante afecta negativamente a otros
sectores económicos), es la diversificación de las exportaciones ya que al
mejorar la RI con el empuje de otros sectores productivos, se reduce el riesgo
de depender de un solo producto, grupo de productos o sector económico. De aquí
que sea fundamental el aporte del sector agrícola en el crecimiento de la
economía peruana; contribución que proviene tanto de la producción para consumo
interno como para las exportaciones, producción que naturalmente contribuye al
incremento del PBI peruano.
De otro lado, si bien
los coeficientes de las variables de control son estadísticamente
significativos y este resultado permite tener un modelo bien especificado,
consideramos que es necesario brindar una explicación más allá de lo requerido
por el modelo. Así, según la teoría, una depreciación del tipo de cambio debe
impulsar al crecimiento de las exportaciones agrícolas. Esto se debe a que si
la moneda nacional pierde valor con respecto a la moneda extranjera
(generalmente el dólar), los productos nacionales se tornan más competitivos
que los productos extranjeros y esto elevará las exportaciones; mientras que
una apreciación en el tipo de cambio supone que la moneda local se fortalece y,
por lo tanto, los productos nacionales de tornan menos competitivos que los
extranjeros (Kozikowski, 2013). No obstante, es oportuno indicar que existe
otra corriente de pensamiento económico proveniente de los estructuralistas que
afirman que existe una relación inversa entre el PBI y el tipo de cambio
(Karahan, 2020), de allí que en la parte metodológica hayamos postulado por una
relación ambigua.
Según el resultado
del modelo, se ha podido verificar que existe una relación inversa entre el PBI
agrícola y el tipo de cambio. Este resultado es similar al obtenido por
Rodríguez et al. (2024) cuando estudió los efectos de las barreras comerciales
en el crecimiento del PBI. En su estudio, que tuvo como variable de control al
tipo de cambio, encontró también una relación inversa entre este y el
crecimiento económico. Una posible explicación a este hecho es que cuando se
produce una depreciación de la moneda nacional, se encarecen los insumos
importados (como fertilizantes, maquinaria, semillas), lo que aumenta los
costos de producción y reduce el PBI del sector agrícola, esta afirmación tiene
sustento en los estudios de Karahan (2020) en Turquía y de Habib et al. (2017),
en un estudio realizado para países emergentes, en los que tuvieron resultados
similares. Otra razón podría ser que el beneficio generado por un incremento en
el tipo de cambio no necesariamente impulsará el crecimiento del PBI del sector
agrícola debido a una mayor dependencia del mercado interno. Este argumento
podría ser cierto ya que, hacia el año 2022, las agroexportaciones
representaban sólo el 47% de la producción agrícola peruana y el sector
agrícola contribuye sólo con el 3.5% del PBI real del país, según datos del
Instituto Nacional de Estadística e Informática (2022) y el Banco Central de
Reserva del Perú (2022).
En cuanto a la
relación positiva entre el financiamiento y el PBI agrícola, consideramos que
el resultado encuentra sustento en la teoría económica que señala que el acceso
a los recursos financieros incrementa el PBI (Mankiw, 2018). En nuestro caso,
hemos encontrado que tanto la banca múltiple como las cajas rurales han jugado
un rol importante en el financiamiento de la producción agrícola
(principalmente las primeras). Si bien es cierto no se cuenta con cifras
desglosadas sobre el volumen de recursos financieros hacia el sector agrícola,
por lo menos se cuenta con información de financiamiento de la banca múltiple y
las cajas rurales hacia el sector agropecuario. Al estar los sectores agrícola
y pecuario altamente relacionados, se tomó el financiamiento del sector
agropecuario como un proxy para el financiamiento de la actividad agrícola en
el Perú.
Figura 3.
Colocación de créditos de la banca múltiple y las cajas rurales al
sector agropecuario en Perú, período: 2000-2022
Fuente: elaborado con datos del INEI (2023)
En la figura 3 se
puede observar que las colocaciones de la banca múltiple han tenido una
tendencia ascendente durante el período de estudio, pasando de más de 1.5 mil
millones de soles en 2000 a más de 8.14 mil millones en 2022. En el caso de las
colocaciones de las cajas rurales estas sobrepasaban los 136 millones de soles
en 2000 y después de registrar un récord de más de 365 millones en 2011, las
colocaciones cayeron a mínimos de 73 millones de soles en 2016. Si bien es
cierto que se produjo una leve recuperación, hacia el año 2022 se llegaba a los
100 millones en colocaciones, monto inferior al del año 2000. A pesar de estos
datos, el aporte combinado de la banca múltiple y el de las cajas rurales al
financiamiento del sector agropecuario ha mostrado por lo general una tendencia
positiva, pasando así de más de 1.6 mil millones de soles en el año 2000 a más de
8.24 mil millones hacia el año 2022 según datos del Instituto Nacional de
Estadística e Informática (2023).
CONCLUSIONES
La presente
investigación ha permitido llenar un importante vacío en la literatura respecto
a la incidencia de la relación de intercambio (RI) conocida también como
términos de intercambio, en el crecimiento del sector agrícola peruano,
habiendo determinado que existe una relación positiva estadísticamente
significativa entre la RI y el PBI agrícola. Cuando la RI sube (baja) en 1% el PBI
agrícola se incrementa (reduce) en 0.26%, resultado que coincide con los
hallazgos de la mayoría de trabajos que estudiaron el impacto de la RI en el
PBI global de un país o de grupos de países.
Este efecto positivo
puede ocurrir de manera directa cuando un incremento de la RI permite mayores
ingresos, los cuales son empleados para reinvertir en sus propias actividades,
esto genera un mayor progreso para el sector. La manera indirecta se da por el
hecho de que cuando sube la RI, los ingresos del país son mayores, esto genera
más ingresos para el Estado que invierte recursos públicos para la construcción
de obras de infraestructura, dentro de ella la infraestructura de riego y
programas de apoyo al sector impulsado su crecimiento.
A esto puede
añadírsele el efecto de los encadenamientos; es decir, cuando mejora la RI para
el país, crecen también otros sectores económicos los cuales demandan productos
provenientes del sector agrícola impulsando su crecimiento. La inversión
pública en infraestructura de riego ha jugado un rol importante en el
crecimiento del sector agrícola porque ha permitido modificar la estructura de
la economía. Esto se ha logrado mediante la ejecución de proyectos de largo
alcance que han posibilitado la incorporación de nuevas tierras para la
agricultura, han permitido un uso más eficiente del recurso hídrico y esto,
aunado al progreso técnico ha incidido de manera favorable para que se
incremente la productividad de las tierras agrícolas, evidencia de ello es el
incremento que se ha observado de las áreas sembradas y cosechadas en el
período 2000-2022.
Asimismo, la
incorporación de variables de control ha jugado un papel importante para el
desarrollo del estudio en dos aspectos. Primero, porque metodológicamente ha
sido útil para especificar el modelo incluyendo variables que teóricamente
tienen relación con el crecimiento del PBI y en segundo, porque se ha podido
medir su impacto en el PBI agrícola, habiendo encontrado respuestas
satisfactorias sobre su comportamiento, tanto en fuentes teóricas como en
estudios empíricos.
Así, se logró
encontrar una explicación para la relación negativa entre el tipo de cambio y
el crecimiento del PBI agrícola y se demostró que el acceso a los recursos
financieros juega también un papel importante en el desarrollo del sector. Si
bien es cierto que existen otros sectores económicos, como la minería y los
servicios, que contribuyen al PBI total del país, el sector agrícola juega un
papel importante en la generación de empleo y es fundamental en el sustento de
las familias principalmente en las áreas rurales del país, lo que justifica
indagar sobre los factores que inciden en el PBI agrícola y especialmente en
aquellos poco estudiados como es el caso de la relación de intercambio (RI).
En estudios futuros,
se podría partir de este aporte para probar otras metodologías como el análisis
de cointegración de Engle-Granger y el análisis de causalidad de Granger, para
comprobar la relación y causalidad entre la RI y el PBI agrícola, en donde
prevemos se podrán obtener resultados similares debido a que en esta
investigación se logró construir un modelo robusto y confiable, a pesar de la
simplicidad del método de regresión por MCO. Asimismo, queda abierta la
posibilidad de modificar el enfoque del estudio y analizar el impacto de la RI
del sector agrícola en el PBI peruano, lo que no se realiza en la presente
investigación porque no se encontró información sobre la primera variable, de
allí que por el momento esa sea la limitación del presente estudio.
REFERENCIAS
Agencia de Promoción de
la Inversión Privada (2022). Concesión
de Obras Hidráulicas Mayores del Proyecto Chavimochic. PROINVERSION. https://www.investinperu.pe/RepositorioAPS0/0/2/JER/PC_CHAVIMOCHIC/PRESENTACION_CHAVIMOCHIC_12_12_13.pdf
Avom, D., Kamguia, B.
Ngameni, J. y Njangang, H. (2021). How does
terms of trade volatility affect macroeconomic volatility? The roles of financial
development and institutions. International Economics, (168), 98-114. DOI: https://doi.org/10.1016/j.inteco.2021.08.004
Basnet, H., Devkota, S.
y Upadhyay, M. (2020). Terms of trade
and Real Domestic Income: New Evidence from South and Southeast Asia.
International Journal of Finance e Economics, (26)3, 4315-4331. https://doi.org/10.1002/ijfe.2016
Banco
Central de Reserva del Perú (2022). PBI
por sectores. BCRP. https://estadisticas.bcrp.gob.pe/estadisticas/series/mensuales/pbi-por-sectores
Banco Central de Reserva del Perú. (2021). ¿De qué hablamos cuando hablamos de
“términos de intercambio”? https://www.bcrp.gob.pe/docs/Proyeccion-Institucional/sala-economia/lecturas/sector-externo/lectura-se-terminos-intercambio.pdf
Chirinos, R. (2007). Determinantes del crecimiento
económico: Una revisión de la literatura existente y estimaciones para el
período 1960-2000. Banco Central de Reserva del Perú. Working paper 2007-13. https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Documentos-de-Trabajo/2007/Working-Paper-13-2007.pdf
Elrayah,
M. (2022). Oil prices and terms of trade of Saudi Arabia: An empirical
analysis. International Journal of
Economics and Finance Studies, (14) 1, 285-304. https://agbioforum.org/sobiad.org/menuscript/index.php/ijefs/article/view/1042
Food and Agriculture Organization. (2023). Valor de la producción agrícola. FAO.
https://www.fao.org/faostat/es/#data/QV
Gujarati, D. y Porter
D. (2010). Econometría. (quinta edición)
Mc Graw Hill. México.
Habib, M., Mileva, E. y Stracca, L. (2017). The
real exchange rate and economic growth: Revisiting the case using external
instruments. Journal of International
Money and Finance, 73(B), 386-398. https://doi.org/10.1016/j.jimonfin.2017.02.014
Hazell, P., Misra, V. y
Hojjati, B. (1995). Role
of terms of trade in Indian agricultural growth: A national and state level
analysis (Environment and Production Technology
Division, International Food Policy Research Institute, Working Paper No. 15).
International Food Policy Research Institute. https://core.ac.uk/download/pdf/6289016.pdf
Idrisov, G., Ponomarev, Y. y Sinelnikov-Murylev,
S. (2016). Terms of trade and Russian economic development. Russian Journal of
Economics, (2)3, 279-301. DOI: https://doi.org/10.1016/j.ruje.2016.09.002
Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2023). Estadísticas
sectoriales: Agropecuario. INEI. https://m.inei.gob.pe/estadisticas/indice-tematico/sector-statistics/
Jawaid,
S., Waheed, A. y Siddiqui, A. (2020). Terms of trade and economic growth in
developing country: Evidence from bilateral and commodity level analysis. Journal of Chinese Economic and Foreign
Trade Studies, 13(1), 1-19. https://doi.org/10.1108/JCEFTS-07-2019-0035
Karahan,
Ӧ. (2020). Influence of Exchange Rate on the Economic Growth in the Turkish
Economy. Bandırma Onyedi Eylül University. https://doi.org/10.5817/FAI2020-1-2
Kozikowski,
Z. (2013). Finanzas Internacionales. McGraw Hill. México.
Krugman, P. y Obstfeld, M. (2006). Economía Internacional: Teoría y Política.
Pearson Educación. España.
Krugman, P. y Wells, R. (2019). Macroeconomía. Reverté. España.
Mankiw, G. (2018). Principles of Economics. CENGAGE Learning. https://library.samdu.uz/files/308daa6da40e2853934a968f3e30d96c_Principles%20of%20Economics.pdf
Ortega, J y Ramírez, E. (2018). El impacto de las
asesorías técnicas en el sector agrícola: el caso de la agricultura familiar en
Chile. Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural. Documento de trabajo
234. https://rimisp.org/wp-content/files_mf/1535820660DT234JOER_2018.pdf
Oviedo, A. y Sierra, L.
(2019). Importancia de los TI en la economía colombiana. Revista de la CEPAL, (128). 125-154. https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/44740/RVE128_Oviedo.pdf
Rodríguez, A., Arias, G.
Cabanillas, S. y García, H. (2024). Barreras comerciales y crecimiento económico:
evidencia desde Perú. Revista Venezolana De Gerencia, 29(107),
1382-1399. https://doi.org/10.52080/rvgluz.29.107.26
Rodríguez, A.,
Valladares, C. y Argomedo, R. (2023). Impacto
Socioeconómico del fenómeno El Niño en el sector Virgen del Socorro – Huanchaco.
Fondo Editorial Universidad César Vallejo.
Ruiton, J., Hidalgo, H.
y Figueroa A. (2018). La inversión pública en riego y el crecimiento económico
del sector agrario en el Perú, en el periodo 2001 –2015. Revista de Gobierno y
Gestión Pública, 5. https://portalrevistas.aulavirtualusmp.pe/index.php/RevistaGobiernoyG/article/view/2337/2789
Shahzad, U., He, X., y Muhammad, S. (2023). How
Terms of Trade Impact Economic Growth: The Case of the United States. SAGE Open, 13(2), 1-13. DOI: https://doi.org/10.1177/21582440231176452
Schuldt, J. (1994). La enfermedad holandesa y otros
virus de la economía peruana. Documento de Trabajo. Centro de Investigación de
la Universidad del Pacífico. https://repositorio.up.edu.pe/bitstream/handle/11354/1179/DT20.pdf?sequence=3&isAllowed=y
Singh, T. (2023). Do terms of trade affect
economic growth? Robust evidence from India. Economics in transition and
institutional change, 31, 491–521. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/ecot.12339