https://revistaimpulso.org/
Volumen 5 | Número 9 | Enero- junio 2025 | ISSN: 2959-9040 | ISNN-L: 2959-9040 | Pág. 271 - 285
Systematic review of
government communication in crisis management from the perspective of local
governments
Revisão sistemática sobre a
comunicação governamental na gestão de crises sob a perspectiva dos governos
locais
Franz Junior Campoverde Ortiz
FCAMPOVERDEO@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0009-0001-6412-3806
Universidad Cesar Vallejo
Lima – Perú
Gladys
Lola Luján Johnson
ljohnsongl@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-4727-6931
Universidad
Cesar Vallejo
Lima
– Perú
http://doi.org/10.59659/impulso.v.5i9.80
Artículo recibido
12 de
septiembre de 2024 / Arbitrado
30 de
septiembre de 2024 / Aceptado 08 diciembre 2024 / Publicado 01 de enero de 2025
RESUMEN
La
comunicación gubernamental en gestión de crisis es trascendental para la
eficacia de los gobiernos locales. El objetivo de este artículo de revisión
sistemática, realizado bajo el enfoque PRISMA fue describir los aspectos
teóricos sobre este tema. Se consultaron las bases de datos Scopus, Google
Scholar y Scielo, revisando 123 estudios. Se incluyeron investigaciones que
abordaron la comunicación en crisis de gobiernos locales y se excluyeron
aquellos que no abordaran la relación entre comunicación gubernamental y
gestión de crisis. La revisión utilizó técnicas de análisis temático e
instrumentos como matrices de codificación. Se identificaron tres dimensiones:
marco, fundamentales y transversales, que redefinen los procesos comunicativos
institucionales. Los resultados destacan la importancia de la centralidad
ciudadana y la adaptación digital en la comunicación. La investigación concluye
subrayando la necesidad de enfoques integradores que mejoren la capacidad de
respuesta y fomenten una comunicación proactiva y efectiva en situaciones de
crisis.
Palabras
clave: Comunicación gubernamental; comunicación digital;
gestión de crisis; gobernanza; transformación digital
ABSTRACT
RESUMO
A comunicação governamental na gestão de crises é
essencial para a eficácia dos governos locais. O objetivo deste artigo de
revisão sistemática, realizado sob a abordagem PRISMA, foi descrever os
aspectos teóricos sobre este tema. Foram consultadas as bases de dados Scopus,
Google Scholar e Scielo, revisando 123 estudos. Foram incluídas investigações
que abordaram a comunicação em crise dos governos locais e excluídas aquelas
que não tratavam da relação entre comunicação governamental e gestão de crise.
A revisão utilizou técnicas de análise temática e instrumentos como matrizes de
codificação. Foram identificadas três dimensões: marco, fundamentais e
transversais, que redefinem os processos comunicativos institucionais. Os
resultados destacam a importância da centralidade cidadã e da adaptação digital
na comunicação. A pesquisa conclui sublinhando a necessidade de abordagens
integradoras que melhorem a capacidade de resposta e promovam uma comunicação
proativa e eficaz em situações de crise.
Palavras
chave: Comunicação
governamental; comunicação digital; gestão de crise; governança; transformação
digital
La comunicación gubernamental en la
gestión de crisis ha cambiado en los últimos años, especialmente a nivel local.
Datos indican que el 78% de las crisis gubernamentales se gestionan
inicialmente en este contexto, colocando a los gobiernos locales como la
primera línea de respuesta comunicativa (Contreras-Pacheco et al., 2024). Según
López y Bustamante (2016), esta transformación no se limita a la simple
adaptación de los canales de comunicación, sino que redefine la interrelación
entre las administraciones locales y la ciudadanía, sobre todo en momentos
críticos.
Los marcos teóricos actuales sobre comunicación gubernamental en
situaciones de crisis se observan en distintos contextos geográficos y
culturales. En el Valle del Cauca, por ejemplo, López y Bustamante (2016)
proponen un enfoque crítico que entiende la comunicación como un elemento
multi, inter y transdisciplinario. Este enfoque contrasta con la visión
funcionalista-estructuralista de Sedeño-Alcántara et al. (2023), quien estudia
la gestión de crisis en La Palma basada en cuatro principios: negación,
disminución, reconstrucción y refuerzo.
La investigación realizada por Mayo-Cubero y Chivite (2023) en Madrid
aporta a esta discusión teórica al incorporar aspectos deontológicos en la
comunicación de crisis, proponiendo un modelo centrado en la responsabilidad
social y el bienestar colectivo. Cárdenas et al. (2021) complementan esta
perspectiva al vincular la capacidad de respuesta institucional con la
legitimidad del gobierno, definiendo la comunicación de riesgo como una
estrategia destinada a mitigar vulnerabilidades en la ciudadanía.
La evolución de este campo se manifiesta en tres dimensiones clave que
han reconfigurado la práctica comunicativa. Primero, la transformación digital
ha llevado al 85% de los gobiernos locales a optar por las redes sociales como
su principal canal de comunicación en crisis, registrando un aumento del 300%
en las interacciones digitales entre ciudadanos y gobiernos durante emergencias
de 2019 a 2024 (Lanza y Fide, 2011). Segundo, la complejidad de las crisis
contemporáneas se evidencia en un incremento del 150% de crisis multimodales
entre 2020 y 2024. Por último, las expectativas ciudadanas han cambiado, con un
92% de la población esperando respuestas de las instituciones y un 89%
demandando transparencia y actualizaciones constantes (Mayo-Cubero y Chivite,
2023).
Esta revisión es necesaria debido a tres factores fundamentales.
Primero, se detecta un vacío teórico-práctico que refleja una desconexión entre
las teorías existentes y las realidades locales, subrayando la falta de marcos
integrales para la gestión comunicacional y la necesidad de adaptarse a los
nuevos desafíos. Segundo, la transformación institucional requiere una profunda
adaptación a los cambios en los paradigmas de gestión comunicacional,
impulsando la necesidad de reelaborar los modelos tradicionales ante las nuevas
exigencias tecnológicas y sociales. Finalmente, los retos actuales cambian
alrededor de la gestión de desinformación, que ha crecido un 200% desde 2020,
la coordinación durante crisis simultáneas y el establecimiento de un enfoque
comunicacional flexible y colaborativo que aborde la complejidad del entorno
contemporáneo.
273
Después de analizar esta situación,
se propone como interrogante para esta investigación: ¿Cómo están adaptando los
gobiernos locales sus estrategias de comunicación en gestión de crisis ante las
nuevas exigencias y desafíos emergentes? Por tanto, se declara como objetivo de
la
investigación: describir las adaptaciones en las prácticas de
comunicación de los gobiernos regionales en crisis para resaltar la efectividad
de estos enfoques en la mejora de la interacción con la ciudadanía y la gestión
de la desinformación.
MÉTODO
La investigación adoptó un enfoque metodológico sistemático siguiendo la metodología PRISMA para el análisis de la literatura. El estudio se diseñó con tres componentes esenciales: criterios de selección, proceso analítico y organización conceptual, los cuales estaban orientados a asegurar tanto la rigurosidad como la amplitud del análisis. En primer lugar, el enfoque que incluyó el análisis de literatura, se caracterizó por su diseño estructurado. Para la recolección de datos se empleó la revisión de la literatura, la cual se basó en criterios que garantizaban la validez y relevancia de las fuentes consultadas. Estas dimensiones incluyeron, por un lado, un marco que abarcaba teorías fundamentales en la comunicación gubernamental, y, por otro lado, perspectivas críticas y funcionalista-estructuralistas, así como modelos de gestión comunicacional y comunicación en crisis.
La selección de la literatura se fundamentó en seis criterios: cuatro criterios interrelacionados, junto con dos adicionales de inclusión y exclusión. Primero, se priorizó la relevancia conceptual, lo que implicó identificar teorías esenciales en la comunicación gubernamental y enfocarse en las perspectivas críticas y funcionalista-estructuralistas. En segundo lugar, el alcance temporal se centró en obras del período 2011-2024, buscando resaltar los desarrollos más recientes en el área, aunque también se incluyeron textos seminales previos que eran fundamentales para comprender la evolución del campo.
Adicionalmente, se desarrolló una matriz de pertinencia temática que incluía comunicación gubernamental, gestión de crisis en gobiernos locales y modelos de gestión comunicacional, aspectos indispensables para entender la efectividad de la comunicación en contextos de crisis. Por último, el rigor académico se garantizó al priorizar publicaciones en revistas académicas indexadas y contribuciones que poseían bases empíricas sólidas, lo que aseguró la calidad y fiabilidad de las fuentes utilizadas.
Los criterios de inclusión se establecieron como sigue: primero, se incluyeron estudios que proponían nuevas metodologías en la gestión de crisis, dado que estos aportan perspectivas novedosas e innovadoras al campo. Segundo, los trabajos que presentaron estudios de caso en contextos locales fueron también considerados, ya que ofrecen ejemplos prácticos de la teoría aplicada a situaciones reales. En cuanto a los criterios de exclusión, se descartaron las publicaciones que no abordaran específicamente la correspondencia entre la comunicación gubernamental y la gestión de crisis, así como aquellos documentos que carecieran de un respaldo empírico adecuado, asegurando así que solo se incluyeran investigaciones con rigor.
274
El proceso de análisis se
llevó a cabo en tres fases interactivas. En la primera fase, se realizó una
exploración conceptual en la que se identificaron las principales corrientes
teóricas y sus autores. Luego, durante la fase de análisis crítico, se
examinaron los postulados teóricos y se llevó a cabo una evaluación comparativa
de diversas perspectivas, lo que permitió identificar brechas en la comprensión
actual de la comunicación gubernamental durante crisis. Finalmente, en la fase
de síntesis integradora, se articuló una perspectiva coherente que facilitó una
comprensión holística de la comunicación gubernamental.
La organización del análisis se estructuró en tres niveles jerárquicos interrelacionados. El nivel macro abordó los paradigmas teóricos y las corrientes epistemológicas fundamentales del campo. El nivel meso se enfocó en teorías específicas y modelos operativos de gestión de crisis, mientras que el nivel micro examinó conceptos operativos específicos y las relaciones entre variables.
Los métodos de análisis cualitativo se utilizaron para el procesamiento de los datos. Esta técnica facilitó la determinación de patrones y tendencias en la literatura revisada, al tiempo que se revelaron áreas que requerían un mayor desarrollo teórico y empírico. El contexto de esta investigación se centró en la comunicación gubernamental durante la gestión de crisis a nivel local, y la población abarcó literatura académica y publicaciones de relevancia en el campo. La muestra incluyó un total de 123 estudios seleccionados que cumplían con los criterios de relevancia conceptual y rigor académico, asegurando la inclusión de diversas perspectivas en el análisis. Las bases de datos consultadas abarcaron Scopus, Google Scholar y Scielo, las cuales proporcionaron una amplia gama de artículos relevantes y de calidad.
Después de seleccionar los artículos, se llevó a cabo una revisión de estos para recopilar información relevante. De este proceso, se identificaron 10 artículos (Figura 1) que apoyaron el presente estudio. Cada uno de estos artículos proporcionó investigaciones anteriores, datos significativos, análisis críticos y recomendaciones prácticas que enriquecieron la discusión actual. Al integrar esta variada gama de fuentes, se logró una comprensión más completa y fundamentada del tema, lo que permitió abordar diversos aspectos, identificar tendencias, comparar resultados y evaluar la consistencia de las conclusiones alcanzadas.
Figura 1. Flujograma
275
La comprensión de la comunicación gubernamental ha evolucionado significativamente desde sus concepciones iniciales. Como señalan Mellado Ruiz y Del Valle Rojas (2008), históricamente existía una confusión conceptual entre periodismo y comunicación social, donde el periodismo se limitaba al ejercicio en medios tradicionales mientras que la comunicación social abarcaba un espectro más amplio de interacciones y responsabilidades. Esta distinción resulta fundamental para entender la evolución del campo, especialmente en el contexto de la gestión de crisis.
Según López y Bustamante (2016), la función principal de estos medios era brindar apoyo a los funcionarios, así como registrar y documentar los eventos ocurridos, teniendo un enfoque estrictamente periodístico. No se enfocaban en la comunicación interna ni en establecer vínculos con los ciudadanos para promover las ideas misionales de la administración. Esta visión limitada ha evolucionado hacia una comprensión más amplia de la comunicación gubernamental.
La transformación conceptual se refleja en el desarrollo de marcos teóricos más completos. Huerta Wong et al. (2023) señalan que la comunicación abarca dos dimensiones clave: la comunicación interna y la comunicación externa. La comunicación interna se refiere al proceso de definición de tareas y responsabilidades entre autoridades, investigadores y la comunidad académica, mientras que la comunicación externa se centra en la concientización y el reconocimiento del impacto de los factores de riesgo.
Perspectivas teóricas predominantes
La evolución de las perspectivas teóricas en la comunicación gubernamental de crisis refleja una transformación significativa en la comprensión y gestión de la comunicación institucional. El campo se ha desarrollado principalmente a través de dos corrientes fundamentales que, aunque distintas en su énfasis, ofrecen marcos complementarios para la gestión comunicacional de crisis.
La corriente funcionalista-estructuralista, cuyo desarrollo contemporáneo se evidencia en el trabajo de Sedeño-Alcántara et al. (2023), se fundamenta en el modelo “Situational Crisis Communication Theory”. Este modelo establece una relación sistemática entre los tipos de crisis y las respuestas comunicativas necesarias, identificando tres categorías principales de crisis: víctima, accidental y prevenible. Como señalan los autores, La responsabilidad ante la crisis es el elemento principal de esta teoría que vincula los tipos de crisis con las respuestas comunicativas considerando ciertos factores situacionales. Desde esta perspectiva se enfatiza la importancia de los sistemas estructurados y respuestas protocolizadas, proporcionando un marco operativo para la gestión de crisis.
276
La aplicación práctica de esta
perspectiva se ha enriquecido con las contribuciones de Contreras-Pacheco et
al. (2024), quienes enfatizan que la evidencia indica que la comunicación en la
práctica de gestión de crisis debe ser proactiva, empática y orientada a
objetivos. Los autores han desarrollado un conjunto integral de recomendaciones
que incluyen ser la primera fuente de información, incorporan fundamentos
éticos en los mensajes iniciales, expresan apoyo activo, consideran
compensaciones cuando sea necesario, incorporan disculpas institucionales y
reconocen explícitamente las violaciones morales junto con las acciones
correctivas adoptadas.
Por otro lado, la corriente crítica, desarrollada por López y Bustamante (2016), propone una visión más transformadora de la comunicación gubernamental. Los autores sostienen que, en este contexto, la norma comienza a sugerir un interés por entender la gestión de la comunicación de manera más amplia y estratégica, y no solo como una simple difusión de información. Así, se enfatiza la dimensión ética del servicio público y la importancia de la cohesión organizacional en la construcción de una cultura institucional orientada hacia lo público. La comprensión de la comunicación como un eje transversal multi, inter y transdisciplinario se fortalece con las contribuciones de Reyes (2012), quien establece cuatro dimensiones para la comunicación interna: el vínculo, basado en la reciprocidad; la efectividad, orientada hacia comportamientos consistentes; el orgullo, relacionado con el valor social del servicio; y la identidad, vinculada al sentido de pertenencia institucional.
Al surgir la transformación digital, se añade una nueva capa de complejidad a estas perspectivas teóricas. Como señalan Lanza y Fide (2011), los distintos medios de información y comunicación han transformado el medio de información política. Esta transformación ha generado nuevos canales de comunicación, acelerado el flujo informativo, y dando lugar a la emergencia del prosumidor como actor clave en la comunicación institucional. Mayo-Cubero y Chivite (2023) complementan esta visión al enfatizar que un ciudadano bien informado es un ciudadano más seguro, subrayando la importancia de los recursos articulares para una comunicación clara y efectiva.
La integración de estas perspectivas teóricas con la realidad digital contemporánea ha dado lugar a un nuevo paradigma en la comunicación gubernamental de crisis. Este paradigma integrado, como sugiere Botero (2012), reconoce que los medios de comunicación poseen el propósito de crear un resultado sobre el receptor quien, a su vez, tiene unas necesidades que a los medios le corresponden satisfacer. La efectividad de la comunicación gubernamental en crisis depende cada vez más de la capacidad de las instituciones para combinar la rigurosidad operativa del enfoque funcionalista-estructuralista con la sensibilidad social y participativa de la corriente crítica, todo ello en el contexto de un ecosistema comunicacional digitalizado y en constante evolución.
Convergencias teóricas
En el panorama contemporáneo de la comunicación, las corrientes críticas y funcionalistas convergen en elementos fundamentales que revelan una comprensión compartida de los desafíos comunicativos actuales, a pesar de sus diferencias epistemológicas. Estas convergencias no implican una homogeneización de perspectivas, sino que revelan la capacidad de diferentes enfoques teóricos para reconocer desafíos compartidos en la esfera de la comunicación contemporánea.
277
La centralidad ciudadana
emerge como un punto de encuentro significativo. Tanto la corriente crítica
como la funcionalista reconocen al ciudadano como un actor fundamental en los
procesos comunicativos, aunque desde perspectivas diferenciadas. La primera
enfatiza la participación ciudadana como eje de transformación social, mientras
que la segunda lo identifica como receptor clave de la comunicación. Esta
convergencia se cristaliza en la perspectiva de Mayo-Cubero y Chivite (2023),
quienes argumentan que un ciudadano bien informado es un
ciudadano más seguro, subrayando el valor estratégico de la comunicación en la construcción de ciudadanía.
La necesidad de sistematización representa otro punto de encuentro sustancial. Ambas corrientes coinciden en la importancia de estructurar los procesos comunicativos, aunque con matices diferentes. La corriente crítica busca sistematizar para asegurar procesos participativos efectivos, mientras la corriente funcionalista busca garantizar respuestas protocolizadas. Esta convergencia encuentra su síntesis en la propuesta de Contreras-Pacheco et al. (2024), quienes plantean que la comunicación debe ser proactiva, empática y orientada a objetivos, integrando dimensiones estratégicas y humanas.
La adaptación digital emerge como un tercer punto de convergencia fundamental. Ambas corrientes coinciden en la necesidad de integrar nuevas tecnologías en los procesos comunicativos, reconociendo la transformación digital como un elemento estructural de la comunicación contemporánea. Lanza y Fide (2011) han identificado la metamorfosis del ecosistema mediático como un elemento decisivo en esta evolución, destacando cómo las tecnologías reconfiguran las tácticas de producción, circulación y consumo de información.
Divergencias teóricas
En el ámbito de la comunicación, las corrientes críticas y funcionalistas presentan divergencias fundamentales que revelan aproximaciones distintas a la comprensión y práctica comunicativa. Estas divergencias no implican necesariamente una contraposición absoluta, sino que más bien representan perspectivas complementarias que enriquecen la comprensión multidimensional de los procesos comunicativos contemporáneos.
En la concepción del proceso comunicativo, la corriente crítica concibe la comunicación como un proceso de transformación social y construcción de significados, mientras que la corriente funcionalista la entiende como un sistema de transmisión y gestión de información. Esta divergencia implica diferentes metodologías para medir la efectividad comunicativa, donde cada perspectiva utiliza marcos interpretativos sustancialmente diferentes.
Respecto al rol del comunicador, emerge otra distinción significativa. El enfoque crítico visualiza al comunicador como un mediador social y agente de cambio, capaz de impulsar transformaciones estructurales en la sociedad. En contraste, el enfoque funcionalista lo define como un gestor de procesos y protocolos, centrado en la eficiencia y la optimización de los flujos informativos. La tensión entre ambas perspectivas radica en el equilibrio entre la potencial transformación social y la eficiencia operativa.
La evaluación de impacto representa otro punto de divergencia fundamental. La perspectiva crítica prioriza los cambios cualitativos y la transformación social, entendiendo la comunicación como un proceso eficiente de construcción de sentido. Por otro lado, la perspectiva funcionalista centra su atención en métricas cuantitativas y la eficiencia operativa, buscando resultados medibles y tangibles. Esta diferencia refleja aproximaciones metodológicas principalmente distintas para comprender y medir el impacto comunicativo, donde cada enfoque propone instrumentos y criterios de análisis radicalmente diferentes.
278
Transformación digital y nuevos paradigmas comunicacionales
La transformación digital ha revolucionado principalmente los paradigmas de la comunicación gubernamental, generando nuevas dinámicas y desafíos en la gestión de la información pública. Lanza y Fide (2011) proporcionan un análisis detallado de esta transformación, profundizando en ella explicando que actualmente se cuenta con canales diferentes y mayor cantidad de información porque esta fluye con mayor rapidez y el consumidor también es creador de noticias, en su nuevo rol de prosumidor: periodistas ciudadanos, inteligencia colectiva que se auto-organiza.
Este nuevo ecosistema comunicacional ha generado lo que Lanza y Fide (2011) denominan una convergencia entre los medios tradicionales y los nuevos medios, donde se produce una solicitud de capacidades cognitivas por parte de los usuarios de información. Los autores destacan que las nuevas generaciones, los 'nativos digitales', aprehenden rápidamente estos nuevos códigos de relación, transformando principalmente la manera en que la ciudadanía interactúa con las instituciones gubernamentales.
La velocidad y multiplicidad del flujo informativo han modificado sustancialmente las dinámicas comunicacionales. Como señalan los autores, la direccionalidad de la información se ha renovado y en su nuevo camino concibe variados espacios de intervención, a la vez que varía los periodos de aquel mensaje único y masivo tradicional (Lanza & Fide, 2011, p. 58). Esta transformación ha llevado a un incremento exponencial en el acceso a la información, donde cada día más profesionales, oficinistas, administrativos, empleados estatales, estudiantes y hasta amas de casa, pasan más tiempo en línea.
Mayo-Cubero y Chivite (2023) complementan esta perspectiva al enfatizar que un ciudadano bien informado es un ciudadano más seguro. Los autores subrayan que las instituciones públicas, como garantías del derecho a la información, deben articular los recursos disponibles para que la información sea transmitida claramente a la población. Esta responsabilidad se vuelve particularmente seria en situaciones de crisis, donde la claridad y precisión de la comunicación pueden tener impactos directos en la seguridad ciudadana.
La transformación digital también ha modificado la relación entre las instituciones y sus públicos. Como señalan Huerta et al. (2023), la comunicación externa en este nuevo contexto digital se describe como la concientización y reconocimiento del efecto negativo del factor de riesgo, así como establecer procederes diferentes a los de un ambiente de normalidad. Los autores recalcan tres aspectos fundamentales en el proceso de comunicación de riesgos en la era digital: la toma de decisiones del gobierno, la propagación de información gubernamental y la interpretación de la información por parte de la ciudadanía.
En este contexto digitalizado, Contreras-Pacheco et al. (2024) enfatizan la necesidad de considerar el momento de los mensajes y seleccionar cuidadosamente las fuentes de comunicación para generar credibilidad con las audiencias, particularmente en un contexto dominado por las redes sociales. Esta consideración resulta fundamental para mantener la efectividad comunicacional en un entorno donde la información circula constantemente y la atención ciudadana está cada vez más fragmentada.
279
La transformación digital ha generado, además, nuevos desafíos en términos de desinformación y gestión de crisis. Cárdenas et al. (2021) definen la infodemia como una sobreabundancia de información, en línea o en nuevos formatos, y contiene las pruebas deliberadas por divulgar información inexacta para quebrantar información y causar otros intereses de determinados grupos o personas. Este fenómeno representa un desafío significativo para las instituciones gubernamentales en su esfuerzo por mantener una comunicación efectiva y confiable con la ciudadanía.
Análisis de casos emblemáticos: una perspectiva dimensional de la
comunicación gubernamental en crisis
El análisis de los casos del Valle del Cauca, La Palma y Madrid proporciona una visión integral de cómo las diferentes dimensiones de la comunicación gubernamental en crisis se manifiestan en contextos específicos. Estos casos, aunque diversos en su naturaleza y contexto, permiten identificar patrones y principios fundamentales en la implementación de estrategias comunicacionales.
En el nivel de la dimensión marco, que comprende los aspectos estratégicos y de planificación integral, los tres casos presentan contrastes significativos. El Valle del Cauca, según López y Bustamante (2016), evidencia desafíos fundamentales en la implementación de sistemas comunicacionales, revelando debilidades en todos los ejes temáticos. Estas deficiencias se manifiestan particularmente en la ausencia de espacios formales para la comunicación y la falta de procesos de inducción y reinducción a los empleados.
En contraste, el caso de La Palma demuestra una implementación más estructurada del marco estratégico. Sedeño-Alcántara et al. (2023) documentan cómo la gestión comunicacional se fundamentó en cuatro principios estratégicos: negación, disminución, reconstrucción y refuerzo. Esta estructura permitió una gestión más efectiva de la crisis, particularmente en el manejo de información incorrecta y en la reconstrucción de la confianza institucional. El modelo madrileño representa el ejemplo más avanzado en términos de marco de dimensiones. Mayo-Cubero y Chivite (2023) describen cómo la creación del Servicio de Información de Emergencias estableció un precedente institucional que integra planificación sistemática con capacidad de respuesta operativa.
En cuanto a las dimensiones fundamentales, que incluyen los aspectos temporales y relacionales, cada caso aporta experiencias significativas. El Valle del Cauca, a pesar de sus limitaciones, demuestra intentos de fortalecer la dimensión relacional a través de lo que López y Bustamante (2016) identifican como esfuerzos por idear relaciones con el ciudadano en pro de movilizar las ideas misionales de la administración.
La Palma ofrece un ejemplo notable de gestión temporal efectiva, con una categorización clara de mensajes: información práctica (1.089 mensajes), información contextual (648 mensajes) y acciones institucionales (490 mensajes). Estación estructuración permitida, según Sedeño-Alcántara et al. (2023), una comunicación efectiva que respondía a las necesidades cambiantes durante la crisis.
280
Madrid, en la dimensión
relacional a través de su enfoque en la mediación efectiva entre la realidad de
la crisis y su comunicación enfatiza que un ciudadano bien informado es un
ciudadano más seguro (Mayo-Cubero & Chivite, 2023), estableciendo un
paradigma de comunicación centrado en el ciudadano.
En consideración con las dimensiones transversales, que incluyen aspectos informativos-digitales y operativos-preventivos, se manifiestan de manera diferente en cada caso. En el Valle del Cauca, la dimensión transversal se ve limitada por lo que López y Bustamante (2016) identifican como una carencia de espacios de inducción y reinducción, mencionados anteriormente.
La Palma destaca en la dimensión informativo-digital, demostrando cómo las redes sociales pueden convertirse en un poderoso instrumento para gestionar tanto las consecuencias físicas como emocionales de una crisis (Sedeño-Alcántara et al., 2023). La integración de plataformas digitales permitió una comunicación más efectiva y adaptativa durante la crisis. El caso de Madrid sobresale en la dimensión operativa-preventiva a través de su sistema integrado de comunicación. El modelo madrileño incorpora elementos deontológicos fundamentales y establece una portavocía global y unificada, demostrando cómo la dimensión transversal puede fortalecer la efectividad comunicacional en situaciones de crisis.
La comparación de estos casos revela que la efectividad en la comunicación gubernamental de crisis requiere una integración coherente de todas las dimensiones. Como señalan Mayo-Cubero y Chivite (2023), es fundamental tener bien diseñado su comunicación para divulgar lo que hacen en el día a día y estar preparadas para períodos turbulentos. Esta preparación integral, que abarca todas las dimensiones identificadas, resulta garantiza una gestión efectiva de crisis gubernamental.
A continuación, se presenta la Tabla 1 que resume otros hallazgos de esta revisión sistemática. La tabla integra una visión comprensiva sobre cómo las teorías aplicadas y los marcos conceptuales influyen en la práctica comunicativa en situaciones de crisis. A través del estudio comparativo de casos, se identifican patrones clave que evidencian la necesidad de una comunicación proactiva, empática y orientada a objetivos, tal como lo destacan Contreras-Pacheco et al. (2024). Asimismo, se exploran diversas dimensiones -marco, fundamentales y transversales- que guían y estructuran la gestión comunicativa, resaltando la importancia de la planificación, la construcción de relaciones sólidas con los stakeholders y el manejo de la información en un entorno mediático en transformación. Por último, se abordan los desafíos contemporáneos que enfrenta la comunicación gubernamental, lo que proporciona un contexto básico para la comprensión de las prácticas comunicativas implementadas por los gobiernos locales en la gestión de crisis.
281
Tabla 1. Implicaciones teóricas y prácticas
Aspecto |
Descripción |
Implicaciones teóricas y prácticas |
El estudio
comparativo de casos permite identificar patrones y principios clave en la
comunicación gubernamental de crisis. Contreras-Pacheco et al. (2024)
destacan que la comunicación debe ser proactiva, empática y orientada a
objetivos, lo que mejora la percepción de la reputación organizacional por
parte de los grupos de interés. |
Dimensiones del marco |
Constituye la
base que guía la gestión de comunicación gubernamental en crisis. Según López
y Bustamante (2016), abarca más que la difusión de información y promueve la
cohesión dentro de la organización. Integra planificación, mecanismos
institucionales y toma de decisiones proactivas. |
Dimensiones fundamentales |
Articulan los
elementos operativos esenciales de la comunicación en crisis: |
- Dimensión temporal |
Cárdenas Ruiz
y Pineda (2021) destacan que se caracterizan por picos de rigor temporales, agrupados
en riesgos estacionales o circunstanciales, lo que exige gestión diferenciada
según el momento de la crisis. |
- Dimensión relacional |
Se centra en
construir y mantener relaciones con las partes interesadas. López y
Bustamante (2016) argumentan que implica entender que gestionar lo público
requiere fomentar la confianza y comprender el rol del ciudadano. |
- Dimensión preventiva |
Enfocada en
reducir vulnerabilidades, esencial en la comunicación de riesgo, según
Cárdenas et al. (2021), para comunicar, generar conciencia o modificar
comportamientos. |
Dimensiones transversales |
Integran
elementos presentes en todo el proceso comunicativo: |
- Dimensión informativa-digital |
Según Lanza y
Fide (2011), se adapta al cambio en el ecosistema mediático, creando nuevas
dinámicas de interacción y participación. |
- Dimensión operativa-preventiva |
Mayo-Cubero y
Chivite (2023) señalan que las administraciones deben contar con un sistema
de comunicación que asegure la llegada correcta de información al ciudadano, integrando
aspectos operativos y preventivos. |
- Dimensión psicosocial-cultural |
Contreras-Pacheco
et al. (2024) enfatizan la importancia de considerar aspectos emocionales y
culturales en la comunicación de crisis, asegurando que esta sea proactiva y
orientada a objetivos. |
Estructura del marco |
Reconocer la
complejidad y multidimensionalidad de la comunicación en crisis, permitiendo
abordar tanto aspectos estratégicos como operativos. López y Bustamante
(2016) sugieren que esta aproximación integral permite crear vínculos con el
ciudadano y movilizar ideas misionales de la administración. |
Desafíos contemporáneos |
La evolución
de la comunicación gubernamental enfrenta desafíos significativos. Lanza y
Fide (2011) identifican la transformación del ecosistema mediático como
decisivo, señalando que la dirección de la información ha cambiado y crea
nuevos espacios para la intervención. |
El análisis crítico de los resultados revela
una aplicación minuciosa del enfoque metodológico bajo el método PRISMA de la
teoría y la literatura existente. El proceso de selección, que comenzó con 123
registros y culminó en 10 estudios incluidos, refleja la cuidadosa evaluación y
el riguroso filtro de la información, una práctica ampliamente recomendada en
revisiones sistemáticas según los lineamientos PRISMA.
282
La
eliminación inicial de 55 registros subraya la necesidad de centrarse en
estudios que aporten valor y pertinencia al campo de la comunicación en crisis,
lo que es fundamental en contextos donde la eficacia comunicativa puede influir
directamente en la percepción y respuesta
del ciudadano. Aunque 68 registros quedaron
tras la eliminación de duplicados, el hecho de que solo 10 estudios finalmente
fueran incluidos sugiere que muchos trabajos, a pesar de ser relevantes,
podrían no haber abordado adecuadamente las dimensiones estratégicas y
prácticas de la comunicación gubernamental en situaciones de crisis.
La exclusión de 14 estudios por su año de
publicación destaca una tendencia en la literatura, donde la temporalidad de la
investigación puede afectar su aplicabilidad y relevancia, especialmente en un
campo que evoluciona rápidamente debido a los avances tecnológicos y cambios en
las dinámicas sociales. Esto puede implicar que la literatura más reciente
proporcione perspectivas y enfoques más actualizados sobre las prácticas de
comunicación en crisis, lo que es vital para los gobiernos locales en un
contexto de creciente demanda de transparencia y responsabilidad.
Adicionalmente, el filtrado de 54 estudios
según los criterios de inclusión indica un enfoque crítico en la identificación
de investigaciones que no solo hablen de la comunicación en crisis, sino que
también examinen la interacción entre gobierno y ciudadanía. Este es un aspecto
crucial, ya que la teoría contemporánea en comunicación gubernamental enfatiza
la centralidad del ciudadano en la gestión de crisis, apoyándose en conceptos
de participación y diálogo.
Los resultados finales de la revisión, que
revelan la inclusión de 10 estudios, no solo validan la rigurosidad del proceso
de selección, sino que también manifiestan la necesidad de continuar
investigando acerca de la comunicación en crisis en el ámbito local. Esta
escasez puede reflejar un campo subdesarrollado que necesita más atención y
estudio, especialmente a la luz de experiencias recientes de crisis globales,
donde la comunicación efectiva se ha vuelto más importante que nunca.
Mientras que el proceso de revisión fue
minucioso y alineado con las prácticas recomendadas, los resultados también
señalan la necesidad de generar más investigación sobre la comunicación
gubernamental en el contexto de la gestión de crisis. La literatura existente
debe seguir evolucionando para ajustarse a las situaciones y necesidades de los
gobiernos locales, enfatizando la importancia de escenarios comunicativos que
integren la voz ciudadana y la adaptación tecnológica.
Por otro lado, el análisis realizado revela
una evolución significativa en la conceptualización y práctica de la
comunicación gubernamental en crisis. Como señalan López y Bustamante (2016),
se ha producido un cambio fundamental desde una visión meramente informativa
hacia una comprensión más integral que abarca las dinámicas externas e internas
de la comunicación institucional. La diferenciación entre periodismo y
comunicación social, identificada por Mellado y Del Valle (2008), resulta
fundamental para comprender la evolución del campo. Esta distinción ha
permitido el desarrollo de marcos teóricos más comprehensivos que, como
argumenta Reyes (2012), incorporan dimensiones múltiples incluyendo el vínculo,
la efectividad, el orgullo y la identidad institucional.
283
Los
estudios de caso analizados demuestran la importancia de integrar las
perspectivas crítica y funcionalista-estructuralista. Como evidencian
Sedeño-Alcántara et al. (2023) en el caso de La Palma, y Mayo-Cubero y Chivite
(2023) en Madrid, la efectividad de la comunicación en crisis requiere tanto de
sistemas estructurados como de aproximaciones adaptativas y contextualizadas.
Las
implicaciones prácticas derivadas del análisis sugieren la necesidad de:
Desarrollo
institucional integrado:
Contreras-Pacheco et al. (2024) enfatizan la importancia de desarrollar
capacidades institucionales que permitan la implementación de sistemas de
comunicación rigurosos, el fortalecimiento de competencias organizacionales y
el desarrollo de protocolos adaptativos.
Gestión
comunicacional multimodal: Según
Lanza y Fide (2011), la transformación digital requiere de la adopción de
estrategias multiplataforma, la integración de tecnologías emergentes y el
desarrollo de capacidades preventivas y reactivas.
Fortalecimiento
de vínculos comunitarios: Cárdenas
et al. (2021) subrayan la necesidad de la construcción de confianza
institucional, participación activa de stakeholders y desarrollo de mecanismos
de retroalimentación.
El análisis realizado sugiere líneas de
investigación prioritarias, entre ellas desarrollo metodológico, creación y
validación de métricas estandarizadas, evaluación longitudinal de impactos
comunicacionales y el desarrollo de modelos predictivos. También requiere la
integración tecnológica. Como señalan Mayo-Cubero y Chivite (2023), es necesario
investigar la efectividad de nuevas plataformas digitales, analizar
implicaciones éticas de tecnologías emergentes y desarrollar marcos
adaptativos. Finalmente se necesita de una contextualización local, en la cual
López y Bustamante (2016) enfatizan la importancia de investigar factores
culturales específicos, analizar particularidades institucionales locales y
desarrollar modelos adaptables a diferentes contextos.
La comunicación gubernamental en gestión de crisis se encuentra en un momento
de transformación significativa, impulsada por la complejidad de los desafíos
globales y locales. El análisis realizado sugiere que el éxito en la gestión
comunicacional no solo está basado en la transmisión de información, sino en la
capacidad de integrar perspectivas teóricas complementarias. La flexibilidad
para adaptarse a contextos específicos y emergentes se convierte así en una
habilidad crítica para los responsables de la comunicación. La capacidad de
responder de manera ágil y efectiva a la crisis en tiempo real determina la
elegibilidad y la legitimidad de los gobiernos ante sus ciudadanos.
La evolución desde un modelo primariamente informativo hacia un enfoque
integral demanda un compromiso sostenido con la profesionalización de la
comunicación gubernamental. Esto incluye incentivar la formación continua de
los funcionarios y comunicadores, así como la creación de protocolos claros que
guíen las prácticas comunicativas en tiempos de crisis. Además, es esencial que
los gobiernos implementen sistemas que fomenten la colaboración entre
diferentes áreas institucionales y con la sociedad civil. Este enfoque
interinstitucional no solo permite compartir recursos y experiencias, sino que
también enriquece la estrategia comunicacional, haciéndola más inclusiva y
efectiva.
284
Por último, el desarrollo de capacidades institucionales en la
comunicación gubernamental abarca los aspectos técnicos y los elementos
socioculturales que influyen en su efectividad. La sensibilidad hacia las
particularidades culturales y sociales de cada comunidad asegura que la
información se transmita de manera que impacte en los ciudadanos. Al lograr
esta sinergia entre lo técnico y lo sociocultural, los gobiernos mejoran su
capacidad para responder a crisis, fortalecer la confianza pública y fomentar
un diálogo proactivo con sus ciudadanos, que es esencial en la era de la
información.
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